Hidromiel

por - junio 21, 2019

¡Hola! Hoy llega el verano y os traigo la receta de una bebida alcohólica que debe consumirse muy fría; pero cuidado no te la tomes muy rápido o podrás terminar un poco piripi. 

La descubrí en el canal de YouTube de ¡Que el papeo te acompañe!, y empecé a investigar sobre el tema y otro tipo de recetas. Sin embargo, descubrí que el hidromiel siempre se hace igual: agua, miel y levadura. Esta última se usa para acelerar el proceso de fermentación, que dura dos meses. Pero si no se quiere utilizar ninguna levadura, el proceso se alargará mucho más hasta que comience a fermentar de manera natural. Esto, el agua, la miel y la levadura, son la base para un hidromiel de toda la vida; sin embargo, también se le puede añadir alguna fruta o saborizante para darle otro toque.

Se dice que el hidromiel es predecesor de la cerveza y que fue la primera bebida con alcohol que consumió el ser humano. Empezaron tomándolo los griegos, romanos, el pueblo sajón e incluso los vikingos, los cuales lo consideraban bebida de dioses. Los mayas también hicieron hidromiel aunque ellos lo llamaban Balché pues además de la miel y el agua, usaban cortezas del árbol de balché.

Y, aunque fue y es una bebida real, el hidromiel también aparece en la literatura fantástica: Harry Potter, Canción de Hielo y Fuego, El Señor de los Anillos...

La receta es muy simple, ya has visto que los ingredientes son los más sencillos del mundo; sin embargo, te recuerdo que necesita dos meses de fermentación; pues durante ese tiempo, las levaduras se alimentarán de todo el azúcar de la miel y lo convertirán en alcohol. Otro aspecto importante del hidromiel es, que una vez fermentado debe filtrarse para eliminar todos los restos del fondo de las botellas. Como os digo, yo me fijé en cómo lo hace Súper Pilopi del canal ¡Que el papeo te acompañe!; así que tanto la forma de fermentar, como el filtrado, lo he hecho como él.

No os entretengo más y os dejo con la receta y el paso a paso.

Ingredientes:
1 litro y medio de agua embotellada (sí, tiene que ser embotellada)
1/2 kg. de miel
1 gr. de levadura seca de panadero o 2 gr. de levadura fresca

Elaboración:
En una cazuela ponemos el agua con la miel y dejamos que hierva.


Retiramos del fuego y con ayuda de una cuchara, quitamos la espuma que se ha formado durante la cocción. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.


En un recipiente ponemos la levadura y añadimos solo un poquito de agua para disolver la levadura.


Cuando esté disuelta, la agregamos a la mezcla de agua y miel. Removemos bien y echamos la mezcla en unas botellas de cristal.

Cogemos un globo y con un alfiler, pinchamos el globo tres o cuatro veces y tapamos la boca de la botella con el globo. Hacemos lo mismo con el resto de botellas y las guardamos en un lugar oscuro.


Después de 48 horas, los globos estarán un poco hinchados; esto será buena señal para saber que la levadura está haciendo su trabajo. 


Ahora, debemos dejar las botellas en el mismo lugar oscuro durante dos meses.

Pasado los dos meses, veremos que en el fondo de las botellas se han formado unos posos. Por eso, ahora toca filtrar el hidromiel para eliminar dichas impurezas. Para ello, cogemos una botella de cristal a la que le ponemos un embudo y dos filtros de papel de los que se utiliza para el café.


Vamos filtrando poco a poco el hidromiel procurando no mover mucho la botella donde está los posos, para que no se muevan del fondo. Filtramos todo el hidromiel excepto lo último que está en contacto con los posos.



Este proceso de filtrado, tarda bastante pues el hidro miel va cayendo gota a gota. Una vez filtrada una de las botellas, continuamos haciendo lo mismo pero con la otra; para ello cambia los filtros de papel por unos nuevos.

Cierras las botellas con sus respectivos tapones o corchos y guárdalas en la nevera para que se enfríen.

Y ahora brindemos como lo hacían los vikingos... ¡Skål!

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